El amor nuestro de cada día..!

El amor, un sentimiento simple y sencillo que surge del ser humano de las cosas cotidianas de la vida y que muchas veces puede llegar a ser tan complicado, lleno de altibajos y recovecos, es la forma más primaria de comunicación. En un principio se consideraba que el amor era un sentimiento sublime exclusivo únicamente de algunos seres, pero si así lo fuera, los seres humanos jamás podrían experimentarlo porque no lo soportarían.

El amor incluye la interrelación estable entre dos seres distintos y también de los procesos íntimos que son visibles. Es por ello que una pareja realmente enamorada no puede ocultar quien realmente es, porque somos resultado de una historia y de un proceso de armonía y unión. En esos casos, no somos los que pensamos sino somos lo que somos.

El amor nos resulta complicado por la simplicidad que sugiere, la diversidad y lo contradictorio de los pensamientos que la crean, y surge cuando se vive, sobre la marcha. Es por ello que el amor genera incertidumbre y aunque el fin supremo del amor sea la quietud, lo cierto es que nadie puede sentirse tranquilo.

Heidegger divide la realidad en “el ser a la mano” y “el ser ante los ojos”; esto es porque, como en el caso del amor, se origina a través de la experiencia separada y a la vez, conjunta, del tacto y de la vista. Ver resulta un acto objetivo que únicamente captura las cosas sin necesidad de comprenderlas. Mientras tanto, la mano nos permite comprender nuestra realidad.

Entonces, el yo es la presencia del nosotros y el nosotros es la realización del yo. Al amar, tenemos que estar conformes con el “nuestro” compartido, sufrir o apasionarse con una emoción es precisamente una participación de los otros porque dejamos de ser para crear una realidad en común.

Por todas estas características es que concebimos al amor no solo como algo espiritual sino también como algo mental y hasta cierto punto, material; es la conjunción de elementos que componen e integran al ser humano y es en donde principalmente radica la magia y la complicación de lo que significa y representa.

Es necesario entonces experimentar con esa subjetividad individual que nos atrapa para sentirnos incompletos y con la necesidad de comprender el nosotros que tan olvidado se encuentra en nuestros tiempos.