La escasez mundial de alimentos ha hecho vibrar ese concepto de que en México se debería cultivar hortalizas, legumbres y frutas, así como cierto tipo de carnes y sus derivados, en lugar de granos como el maíz, el fríjol y el arroz porque no era la “vocación” de nuestras tierras y resultaba costoso e ineficiente, por no decir poco remunerado.
Por ello se intercedía por importar aquellos alimentos que son más caros de producir y destinar a los campos, a los productos más competitivos y cotizados en Estados Unidos y Canadá. Se argumentaba sobre lo conveniente que seria crear un mercado donde los tres países complementaran su producción de alimentos, y no donde se compitiera.
La “autosuficiencia” alimentaría eran inadecuados frente a la realidad del mercado de América del Norte. Sin embargo, y como ya se veía venir desde hace tiempo, a medida que arreció la falta de alimentos como el maíz, el frijol, el arroz, el trigo, cobraron vida los viejos conceptos de autosuficiencia alimentaría. Y quizá hasta resurjan instituciones tan vilipendiadas como la Conasupo, como bien lo advertía, anticipadamente, Guillermo Fárber en un artículo ya algo viejo.
Y como es costumbre nacional, no estamos preparados: Otra vez el destino nos alcanzó. La infraestructura de almacenamiento, financiera, hidráulica, de comercialización, de agricultura y una larga lista de más deficiencias, como de capital humano, de investigación, etcétera, son insuficiente y desesperantemente débiles para impulsar la producción agropecuaria.
Conocemos que las causas de este desequilibrio, si es que alguna vez ha estado equilibrado; de la economía mundial, se debe a diversos factores, de los cuales puedo destacar entre los principales, el hecho de que en todo el mundo se ha registrado un alza en el precio de alimentos, debido crecimiento de países como China e India, cuya población representa la tercera parte de la humanidad; además de que el precio récord del petróleo afecta porque se vuelven mas caros los costos de producción de alimentos y que el uso del maíz; además del otro uso que se le da al maíz, para producir etanol.
Menos mal que se dieron cuenta los jefes de estado de América y la Unión Europea de esta tan “apanicable” alerta roja por escasez de alimentos, aunque es una verdadera lástima que no se tomen la molestia de buscar soluciones a largo plazo.
En México, Calderón anunció con orgullo que México saldría bien librado de esta crisis; que habría apertura total del mercado nacional a la importación de maíz, arroz, trigo, sorgo y soya; que se reducirá a la mitad el impuesto también de importación, de leche en polvo, y adquisiciones de frijol. Además, dijo que se mantendrá el precio de la gasolina, diesel y gas, no se permitirán las especulaciones y en teoría, se redoblarán las medidas de austeridad de la administración pública.
Y si a eso aunamos los problemas a nivel mundial que le restan importancia a esta cuestión, como las huelgas en diferentes países y por distintas cuestiones, los fenómenos naturales provocados por los cambos climáticos generados por el calentamiento global, las guerrillas y la lucha contra los grupos terroristas, y las mismas pestes sociales de estos tiempos con el nombre de corrupción, enfermedades, secuestros, narcotráfico, pobreza y de más; definitivamente dudo, y vaya que no soy alguien de poca fe, que no se va a hacer mucho para mitigar este problema de hambre.
Pero definitivamente, lo único cierto en este asunto es que nubes negras se aproximan para la salud económica, política y social del país.