Contador Público de oficio, servidor de Dios por vocación y apasionado de su familia. Nació el 30 de Julio de 1965 en Villahermosa, Tab., bajo el signo de Leo. Un hombre excepcional, orgullo de su familia, hizo feliz a quienes tuvieron la fortuna de tenerle como amigo y ayudó a tantas personas que, sin darse cuenta, el regalaron un rincón de su corazón y sus recuerdos.
Buen hermano e hijo, esposo amoroso y muy comprensivo y padre ejemplar, realmente intachable; trabajador, dedicado, sencillo, leal y honesto; Es como puedo describir a quien por tantos años aguantó toda clase de groserías y berrinches aunados al cansancio y un sin número de sacrificios, todo a cambio de recibir un beso pegajoso, un abrazo fuerte, unas horas en la hamaca cantando canciones viejas, una plática extensa en el recorrido en coche hacia la casa, un partido de Pictionary antes de la cena, un "te quiero, papi" casi a diario.
Lo diré así de simple, tal y como mi interior me lo dijo al escuchar el grito más desgarrador que jamás haya escuchado de alguien: mi papá murió. Falleció en su cama a las 7:15am el 17 de noviembre de 2010 y lo extraño infinitamente.
Un cuadro asmático severo, tantas presiones laborales y a 4 días del robo a nuestra casa, le ocasionó un ataque al miocardio. Fue rápido, cuestión de 5 minutos y se quedó dormido. Sólo alcanzó a decir "Perdóname" y cerró sus ojos dejando a mi mamá y a nosotros en un mundo que parece paralelo a la realidad y al que nos cuesta trabajo adaptarnos porque ahora es nuestra realidad.
El olor de las flores me recuerda tanto el día de su velorio y funeral. Si hubiese sido por otro motivo hubiese estado incluso de lo más feliz, ver a tanta gente, tanta tanta, todo el tiempo, el lugar estaba repleto de flores y de sus amigos de todas partes. Gente que de verdad lamentaba la pérdida de un ser tan especial. Ver aún después de eso el aprecio de las personas hacia quien en vida les hizo la vida más agradable sin esperar absolutamente nada a cambio, porque así era él. Su frase, la que en algún otro momento publiqué "quien no vive para servir, no sirve para vivir".
No tengo nada que reprocharle a Dios, ni a él, ni a la vida. Porque se fue habiendo cumplido su misión y, con la satisfacción de haber sido parte de su gran obra, me quedo con tantos recuerdos y buenos consejos, su guía y todas sus bendiciones porque él era un hombre demasiado bueno... alguien me dijo que la gente buena no dura mucho en la tierra porque son ángeles a los que Dios quiere de forma muy especial.
Heme aquí, una persona totalmente distinta a la que comenzó a escribir este blog hace más de un par de años. La vida nos hace madurar cuando nos da y cuando nos quita.
Felicidades papi, te graduaste con honores de esta vida terrenal y hoy te toca disfrutar de las maravillas de la vida eterna.
Te amo siempre.